febrero 25, 2010

El mundo es una pesadilla con sed de sueño

La idea de la muerte no me aterra como hecho espiritual e irremediable, sino como el posible fin de mis proyectos humanos. Es cierto que desconozco lo que hay del otro lado de esos umbrales de capilla ardiente y formol. Sin embargo, imagino “ el otro lado” como un triste lugar sin bibliotecas, sin música y, sobre todo, sin gente a quien querer ni que me quiera. Ayer, mientras luchaba por encontrar sueño, abatido por las cuentas por pagar, los contratos de medio tiempo, la ausencia de mis hijos, y maldiciendo mi suerte de desterrado, decidí mejor revisar mi correo. Encontré un e-mail de mi hermano. Lo que leí allí me lleno el cuarto entero de luz, y el calor de sus palabras derritió la nieve que trepaba por mi ventana.


En el mundo existimos aquellos que vivimos y nos movemos solo por la estática que producen los otros humanos. Sin embargo, existe esa otra estirpe de humanos que caminan descalzos en este desierto de arena derretida, para repartir vasos gratuitos de limonada helada. El e-mail de mi hermano me inundó el corazón con palabras de aliento, con versos de cariño, y con alegría de vida.

En la distancia, alejados de los que queremos, los -18 °C de Suecia se sienten como -40 °C. En la ausencia de calor humano, las cuentas parecen millonarias y el salario minúsculo. De repente un simple detalle, carta, frase o canción empuja al sol a salir de su madriguera. Entonces entendemos que nuestras luchas por mejorar económicamente no tienen nada de heroico. Que nuestro esfuerzo sudoroso por completar doce horas de trabajo al día lo hacemos en desmedro del contacto con nuestros hijos. Afuera, en el mundo de verdad, hay seres que le arrebatan la vida misma al destino más oscuro. Cuando mi hermano me escribió ese mail fue en una pausa de sus dolores intensos de cabeza. Hace poco menos de un mes un accidente de moto le fracturó el cráneo. Hoy, a sus treinta años, está aprendiendo de nuevo a hablar, caminar y escribir, luego de una intervención neuroquirúrgica. En una clínica de Lima, uno de mis mejores amigos asiste a otra dolorosa sesión de quimioterapia para desprenderse de un cáncer terco que no pudo con su cerebro, ni podrá ahora con su columna. A decir de mis otros amigos, Willy asiste a esta nueva Odisea con el ánimo de quien hubiera sido invitado al carnaval de Río. Puede que Willy no sepa mucho del cáncer, pero el cáncer tampoco sabe nada de Willy.

Si, puede que el mundo sea una pesadilla, pero esta lleno de seres que están dispuestos a contarnos que es un sueño. Solo hay que tragarse el cuento, y salir con una sonrisa a encontrarse con el mundo. Si en tu mundo solo sientes la oscuridad, presta más atención. Es posible que tu mismo hayas apagado las luces. Levántate, compañer@. Sal a atrapar con redes para mariposas cualquier destello de felicidad.
P.D. Gracias Ismael por esta canción.

3 comentarios:

kev dijo...

clavados e iluminados pensamientos mi querido hermano , gracias tb por tus palabras que dia a dia asesinan las oscuras fuerzas del resago de mis depresiones ;no cabe duda que tu simple y clara pluma es tu mejor trinchera y es tu mejor bastion para proteger no solo tu propia felicidad ,tambien la felicidad de los muchos que te queremos,te quiero hermano.

Anubis dijo...

Que bien escribes hermano!!!

Alex Arévalo dijo...

Gracias Anubis!