noviembre 05, 2008

Siete enseñanzas de un día miércoles


"El hombre se descubre a sí mismo, al enfrentarse con el obstáculo"
Antoine de Saint Exupéry

Ya antes les había contado las peripecias de mi último día de miércoles. Al haber olvidado mi computadora portátil en casa de mis suegros, tuve que emprender una travesía de un día entero, tomando trenes y buses, para poder enviar un trabajo encargado cuyo plazo vencía ese mismo día. Al final todo me fue mal. Los trenes llegaron retrazados y en el regreso, cuando planeaba terminar de escribir mi trabajo, se me acabo la batería del portátil y me di cuenta que el tren no tenía toma corrientes. Por la noche estaba más cansado, mas “misio” y con un trabajo que me costará aprobar mi curso universitario con la calificación mínima. Pues bien, convencido de que las piedras del camino te pueden servir para construir carreteras y que todos tenemos la obligación de ser felices, decidí escribir esta entrada buscando cosas positivas entre los escombros de un día infernal. Las reflexiones que aquí se incluyen no son de ninguna manera recetas infalibles frente a los malos tiempos. Estas reflexiones solo cuentan de cómo yo asumí las cosas y las lecciones que le arranque a un día que en primer momento podría considerarse estéril. Ojala que alguno de los consejos te sirva, de lo contrario solo ignóralos. Tan solo déjame compartir contigo, familiar y amigo, estas siete enseñanzas de un día de miércoles.

1. Ante un desastre, imagina el peor escenario. ¿Qué habría pasado si habría perdido mi laptop? Pues, simplemente, nunca hubiera podido recuperar mi trabajo encargado y habría perdido las fotos de mis hijos. Imaginar el peor escenario te ayuda a ver el problema desde otra perspectiva, menos grave de lo que parece. Así mismo, te brindará calma en un momento de desesperación, ayudándote así a tomar decisiones más acertadas. Ojo, la técnica del peor escenario es útil solo si usa en tiempo pasado (¿Qué hubiera sucedido si un cortocircuito hubiera quemado mi laptop?). Usado como una posibilidad en el futuro produce efectos altamente negativos (¿Y que pasará si mi trabajo no resulta lo suficientemente bueno?) ¡Olvida la segunda opción!

2. Asume tus culpas. Seamos francos, en la mayoría de los casos somos culpables de nuestras propias desdichas. Si no habría olvidado mi laptop en la casa de mis suegros no habría tenido que hacer ese largo viaje en tren, habría tenido una agradable reunión con mis amigos y habría presentado un mejor trabajo final. Si la señora de información atendía con calma a los pasajeros que estaban delante mió en la cola es porque quería brindar una mejor atención, no por joderme la vida. Los continuos errores antes, y durante el viaje en tren fueron, principalmente, mi propia responsabilidad. Debí haber prestado más atención a los altavoces de la estación, sabiendo que era un día de caos. Debí haber confirmado que existen tomacorrientes en el tren antes de comprar el pasaje de vuelta. Debí tener copias de los documentos y notas que necesitaba para escribir mi trabajo final. Principalmente, debí chequear si no olvidaba algo antes de salir de la casa de mis suegros.

3. Reconoce la bondad ajena. Es cierto que vivimos en tiempos aciagos, y que los valores se van perdiendo. Sin embargo, esto no debe taparnos los ojos ante la virtud y el esfuerzo ajenos. De hecho, aunque parezca que existan muchos malvados en el mundo, los buenos somos la mayoría. Durante el día miércoles, mi desesperación y estrés no me permitieron ver la virtud en tanta gente que fui encontrando en el camino. La señora de información que, amablemente, se tomó el tiempo para hacer llamadas y ofrecerme un pasaje para más tarde; el controlador de tren quien me indicó el vagón en el que podría hallar asientos vacíos pues yo no tenia asiento reservado; mis suegros quienes, interrumpiendo sus actividades, fueron hasta la estación central de Norrkoping para entregarme la computadora; la rubia pequeña que me explicó que en los trenes viejos no había tomacorrientes; la viejecita que me enseñó que la desesperación no ayuda; la morena de la mochila gigante que me mostró que a veces hay que correr riesgos; mi esposa, quien después de recoger a mi hija en el jardín y comprar comida, fue a recogerme en la estación a pesar de la tenacidad de la lluvia. La lista podría seguir. Mil gracias, compañeros humanos, por tanta bondad.

3. Pon plazos más cortos a tus trabajos. Gracias al día de miércoles aprendí que es mejor poner mis propios plazos de vencimiento, más cortos, a mis trabajos encargados. Lo mismo podría aplicarse a otros contextos de mi vida. Ponerme plazos más cortos me ayudará a enfocar mis esfuerzos y contar con tiempo extra. Luego, puedo usar el tiempo extra para enfrentar imprevistos (como olvidar mi computadora en casa de mis suegros) , y “pulir” mi trabajo.

4. No confiar ciegamente en la tecnología. Si bien es cierto que vivimos en tiempos modernos, no dejemos de lado las cosas buenas que han funcionado en el pasado. Hoy en día tenemos teléfonos móviles con cámara filmadora, cámara de fotos, acceso a Internet y localizador GPS, pero basta con que se le baje la batería para volver a la edad de piedra en un segundo. Siempre es bueno tener apuntes analógicos a la mano. Nada como el clásico cuaderno de apuntes y un lápiz para producir ideas que, además de no necesitar enchufes, son inmunes a toda clase de virus. De igual manera, no olvides de hacer copias de seguridad de tus documentos importantes con cierta regularidad. Después de la desagradable experiencia del miércoles hice copias de seguridad completas de mis documentos más importantes, incluyendo fotos familiares. Existen también servicios gratuitos en Internet como el google docs, que te permiten subir tus documentos a un disco duro virtual al abrir una cuenta en gmail.

5. Planear primero, después improvisar. Soy de las personas que le gusta improvisar y ser creativo, no solo para solucionar problemas sino para proponerme nuevas formas de hacer las cosas. Sin embargo, una de las virtudes que debo cultivar con más empeño es la de planear con anticipación las cosas. Por más curioso que parezca, planeamiento e improvisación no son términos contradictorios. El gran Charles Chaplin solía planificar bien las escenas de sus películas. Luego, con una pauta bien elaborada, procedía a improvisar gestos y tomas frente a cámaras. Intentar improvisar sin previa planificación es simplemente desastroso.

6. Toma decisiones solo cuando estés calmado. La desesperación reduce la visión periférica de nuestro cerebro. Muchas personas funcionamos bastante bien bajo cierto grado de presión, pero podemos sucumbir ante la desesperación. Cuando estamos calmados simplemente ampliamos el número de posibilidades para solucionar un problema. Sopesamos de manera más efectiva los pro y los contra de las diferentes alternativas de solución.

7. Busca lo positivo en las experiencias negativas. Cuando comprendí que la desesperación no iba ayudarme a solucionar nada, decidí sacar mi cuaderno de apuntes y escribir la entrada sobre mi día de miércoles. Al compartir esta experiencia y sus enseñanzas con ustedes, no solo he logrado tomar sus efectos negativos con más tranquilidad, también aprendí algo. Es que cada experiencia negativa debe servirnos como peldaño para nuestro crecimiento personal, y no como látigo para auto-flagelarnos.

Espero que estos consejos y experiencias te sean de alguna utilidad. Tal vez tengas alguna idea o consejo para iluminar el camino con el carbón que dejan la malas experiencias. Anímate y comparte con nosotros las enseñanzas de tu propios días de miércoles, que a todos nos han tocado alguna vez.

15 comentarios:

winshitoperu dijo...

PAta.
realmente es muy cierto lo dicho.
así que aprender de nuestros errores y con roche es mas productivo.
un abrazo.

winshitoperu dijo...

PAta.
realmente es muy cierto lo dicho.
así que aprender de nuestros errores y con roche es mas productivo.
un abrazo.

Alex Arévalo dijo...

Claro, el roche a vces puede ser útil.
Abrazos

Anónimo dijo...

Hola Alex, esta es una magnífica filosofìa de la vida, como las barreras en la carrera de los deportistas, o las caídas en la infancia. Me ha encantado.
Saludos desde el Caribe,

Zenia

http://imaginados.blogia.com

Alex Arévalo dijo...

Querida Zenia. Cuanto tiempo sin saber de tí.(Claro, con lo esporádicas que se han vuelto mis entradas !Mea Culpa!). Ojala que ésta nueva "recarga de baterias" traiga de vuelta las alegres golondrinas que, com tú, solian visitar esta página.
Un abrazo fraterno desde los hielos de Escandinavia.

Grinder dijo...

Mi estimado, visito despúes de un largo tiempo tu blog, y no pierde ese toque! excelente compare, pasate por el manguare, ahi he puesto algo nuevo, saludos y ya nos sentaremos a departir ese café cargado.

Alex Arévalo dijo...

Hola Grinder.
Benvenido de vuelta. La verdad es que a este cajué le falta un poco de aguardiente para que regresen los patas de antaño. Ultimamente los libros me tienen esclavizado y por ello he dejado más de un blog aplazado. Nos estamos leyendo

Anónimo dijo...

Muy bueno mi estimado Alex, saludos para tu linda familia, esperamos tenerlos por aca pronto para ir a columpiar a mis hijos en la llanta colgada en el arbol de tu huerta familiar...

Abrazos

Eliot

Alex Arévalo dijo...

Estimado Eliot:
Hace tiempo que no sabia de tí. Ya estaremos pronto de regreso por la tierra. Porque cuando la tierra llama no hay quien se resista.
Por ahora estoy en Nicaragua, haciendo el trabajo de campo para mi tesis de maestría. Ya les estaré poniendo al tanto de como van las cosas por aquí. Saludos a Karina y a tus chicos. Estan bienvemidos a la huerta.

DANIEL MACÍAS dijo...

Te deseo suerte y te invito a visitar mi blog con algunos poemas de mi breve paso por angola, un abrazo

http://latierradelapiedranegra.blogspot.com

Anónimo dijo...

Hola Sacha:

Me alegro que todo sea felicidad en tu vida.. eso da ganas de seguir adelante XD!.. bueno.. sin joda te dire que lo que pasaste estuvo realmente divertido (lo digo por las multiples cosas que yo tambien he pasado) y con el tiempo esas "anecdotas" (otra forma de llamar a esos dias de miercoles) se vuelven temas de conversacion para departir una comida o disfrutar simplemente de una reunion amena... en ese momento parece el fin del mundo pero no lo es... se podria decir que no hace falta que un testigo de jehova toque tu puerta para que tu dia no pueda ser esplendido.. verdad? :P

Saludos a la familia y un abrazo a la distancia. Saludos desde Sarasota USA.

Roy E.

Anónimo dijo...

Oe, brother, soy tarapotino, y me da pena que este blog que estaba agarrando éxito haya sido dejado a la deriva. ¿Por qué lo abandonaste? Te recomiendo visitar mis webs por si te gusta la tecnología www.amenito.com www.legox.com
Espero ver un post nuevo tuyo.
No decepciones a la gente.

Alex Arévalo dijo...

Estimado anonimo. Vale y reconozco el jalón de orejas. Este pobre blog esta mas abandonado que viejito en asilo. Solo por el buen comentario salgo mañana con un post de resureccion
abrazos

Anónimo dijo...

Mi estimado OTO, he descubierto estas publicaciones muy tarde, puesto que considero que abandonaste esta parte de la escritura y publicación; pena por mi por no poder leer más y pena por ti que no te das el tiempo para departir al menos anécdotas como dice Roy E., a la espera de buena comunicación... Diamante

Amadeus dijo...

Hola amigo Alex, hace tiempo descubrí tu blog y recién escribo un comentario. No sé si todavía existe este blog o naufraga abandonado en la red. Puede que nadie me responda,